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lunes, 18 de junio de 2018

HAY ESPERANZA EN EL MEDITERRANEO

Tras una travesía de ocho días por el Mediterráneo finalmente los barcos  llegaron con 629 inmigrantes de diferentes nacionalidades   al puerto  de Valencia en  España tras ser rescatados en la costa de Libia  y a los  cuales tanto    Italia como  la isla de Malta se habían negado a recibirlos.  
La propuesta nació  del  alcalde de Valencia,  Joan Ribó, dijo públicamente:"Valencia fue declarada en su momento Ciudad Refugio y vamos a mover todos los dispositivos para que, si no hay otra posibilidad, Valencia sea el sitio de atraque de este barco", refiriéndose al "Aquarius" de la ONG francesa SOS Mediterranée. No se puede permitir "otra tragedia como la de Aylan", el niño sirio que murió ahogado, agregó.

A bordo del Aquarius  fueron transportados  los inmigrantes más vulnerables, seis mujeres embarazadas, una decena de menores y una veintena de personas con quemaduras provocadas por la mezcla del aceite de los motores de las embarcaciones en las que viajaban y el agua salada del mar.



Según indicó el gobierno español estas personas tienen un permiso de 45 días, una vez pasen los trámites en el recinto portuario. A partir de ese momento estarán tutelados por diferentes ONGs y por parte del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.
El Inspector jefe de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras de Madrid, Bernardo Alonso ha dicho que por el momento "simplemente han manifestado la nacionalidad". "Hay un compendio de nacionalidades, ciudadanos subsaharianos, asiáticos y magrebíes".
Hasta el momento solo Francia se ofreció para recibir algunos de estos inmigrantes aunque no manifestó que cantidad está dispuesta a acoger.

En los últimos años el mar Mediterráneo se convirtió en un gran espacio donde se libra la peor de las batallas.  Una gran cantidad de sirios buscan refugio, llegan desde Turquía a las islas griegas del Mar Egeo, proceden de territorio sirio y huyen del  conflicto armado.  Por otro lado, miles de africanos subsaharianos llegan desde Libia a Italia, huyen del  hambre y de la violencia generalizada.
 Llamamos inmigrantes a   estas personas que por distintas circunstancias tienen que abandonar su casa, su tierra, su país  en busca de  una vida mejor.
No obstante, con frecuencia son víctimas del tráfico de personas y alrededor de 20 de estos inmigrantes mueren cada día ahogados en el mar.

De los más de 60 millones de refugiados que hay en el mundo, Europa junto con EEUU sólo soporta el 10%, los países menos desarrollados son los que soportan la mayor carga. Los países ricos  contribuyen menos al problema de los refugiados en comparación con la generosidad de los países menos desarrollados.
En Africa existe una institución jurídica, la Convención de la OUA relativa Aspectos Específicos de los Problemas de los  Refugiados en Africa, que data del año 1969, que intenta dar una solución a este problema.
América Latina aprobó una Resolución en el año 1991 en el sentido de que los desplazados masivos tienen derechos al estatuto jurídico del refugiado y por tanto a la protección internacional.
La UE sí ha activado el sistema de emergencia establecido en el Tratado de Lisboa, señala que "En el caso de que uno o más  Estado miembro se enfrende a un sistema de emergencia caracterizada por la llegada repentina de nacionales de terceros países, el Consejo, a propuesta de la Comisión, podrá adoptar las medidas provisionales en beneficio del Estado miembro de que se trate. Se pronunciará previa consulta al Parlamento Europeo".

Pero la afluencia de inmigrantes a las costas de Italia procedentes de Libia, se debe fundamentalmente a la organización de mafias que trafican con seres humanos, con inmigrantes por un lado pero también en muchos casos con fines de explotación sexual.

Es muy complejo luchar contra toda esta situación cuando hay un sistema criminal que lanza al mar a miles de personas, de quienes se han beneficiado económicamente y las abandonan en una balsa de plástico. Así,  estas personas quedan hacinadas en un bote de plástico o un vetusto barco de pesca, con poco combustible y sometidos a los vaivenes de una mar casi siempre desconocida por las víctimas. Es el caso de Libia en el que miles de inmigrantes son lanzados al mar sin el más mínimo escrúpulo.


La vieja ley del mar, que obliga a toda persona, buque o Estado, a salvaguardar la vida y la integridad de las personas náufragas, hoy está más vigente que nunca.
El Estado sea cual sea tiene la obligación de recibirlos y de darles protección, la asistencia debida con la ayuda de ACNUR y de la comunidad internacional.

Sin embargo lo cierto es que muchos europeos vivimos al margen de los problemas de quienes sufren estas condiciones pero  a partir de lo ocurrido estos días en Valencia,  ya nos  será más difícil  cerrar los ojos a esa realidad.

 Eduardo Galeano dijo: "La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía?
Para eso, sirve para caminar.


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