2015 ha sido un año muy especial para el estado español tanto a nivel político como social. Sobre la mesa y en la discusión colectiva estuvieron presentes la unidad de España, la independencia de Cataluña, la consulta del referéndum, la soberanía, todos estos temas formaron parte de la prensa mediática y de la vida cotidiana en todo el país. En mayor o menor grado la mayoría de los españoles de forma consciente estuvimos expuestos a temer por una ruptura de Cataluña con España; si bien el derecho a la autodeterminación no está reconocido en la Constitución Española.
Ese fue el principal tema de debate entre el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy y el presidente del gobierno catalán, Artur Mas, con la consiguiente polarización de la sociedad catalana y española que quedó reflejada en los comicios autonómicos catalanes del 27-S y en las elecciones generales del 20-D.
Pese a que en las elecciones autonómicas de Cataluña el partido de Artur Mas fue el que más votos logró, no obtuvo la mayoría para gobernar ni tampoco los suficientes votos para continuar en el cargo de Presidente de la Generalitat. Mas necesita el apoyo de los independentistas radicales de la formación política Candidatura d'Unitat Popular (CUP), los cuales hasta al día de hoy no lograron un consenso, por cuanto se encuentra pendiente su investidura.
Por su parte en las elecciones generales del 20-D el Partido Popular de Mariano Rajoy obtuvo 123 escaños quedandose muy lejos de la mayoría absoluta por lo cual también le será difícil gobernar. El resultado de las elecciones generales dejaron un Congreso muy diferente al actual, no hay ningún partido que tenga mayoría absoluta. El bipartidismo, del P.P y PSOE sufrió un duro golpe aunque siguen aglutinando algo más del 50% de los votos.
Dos nuevas fuerzas consiguieron entrar en el Congreso, Podemos y Ciudadanos, en tercer y cuarto puesto respectivamente con el 34% de los votos. Podemos, se queda muy cerca del PSOE en porcentaje de votos (20,66 a 22,08) pero no así en escaños (69 a 90), la diferencia de escaños entre uno y otro es debido al sistema electoral español, ya que Podemos no ha llegado al porcentaje mínimo de votos necesarios para tener escaños en algunas circunscripciones. Ciudadanos se quedó en cuarta posición con 40 escaños también perjudicado por el sistema electoral. Izquierda Unida fue el más perjudicado por este sistema ya que para conseguir un escaño necesitaba casi medio millón de votos, con lo cual sólo ha conseguido representación en Madrid, con 2 escaños.
Los resultados de estas elecciones dejan un futuro incierto ya que puede ser que el partido más votado no sea el que gobierne España. Es posible que sea necesario formar un gobierno de coalición, o que si no se logra un acuerdo entre los partidos para investir a un presidente tengamos que volver a votar.
UN SISTEMA ELECTORAL INJUSTO
El Sistema electoral que rige en España necesita ser reformado. De acuerdo con lo que establece el Art. 68.2 de la Constitución Española "la circunscripción electoral es la provincia. Las poblaciones de Ceuta y Melilla estarán representadas cada una de ellas por un Diputado. La Ley distribuirá el número total de Diputados, asignando una representación mínima inicial a cada circunscripción y distribuyendo los demás en proporción a la población".
La Constitución señala la provincia como circunscripción electoral, en la práctica crea una distorsión en el voto teniendo en cuenta la enorme desproporción entre los votos necesarios para lograr un acta de diputados en las provincias con escasa población y en los corredores urbanos.
Por ejemplo, para ser diputado en una ciudad como Soria un candidato debe obtener 20.000 votos, en Madrid esta barrera puede alcanzar casi 100.000 sufragios
La ley electoral catalana es una copia de la ley electoral española que fue una ley diseñada por el gobierno de Suárez, al principio de la transición con el objetivo de discriminar a los territorios urbanos, donde se concentraba la mayoría de la clase trabajadora. Como consecuencia, el voto de un ciudadano de Lleida tiene mucho más valor que el voto de un ciudadano de Barcelona, en realidad su voto vale el doble.
La ley electoral catalana es una copia de la ley electoral española que fue una ley diseñada por el gobierno de Suárez, al principio de la transición con el objetivo de discriminar a los territorios urbanos, donde se concentraba la mayoría de la clase trabajadora. Como consecuencia, el voto de un ciudadano de Lleida tiene mucho más valor que el voto de un ciudadano de Barcelona, en realidad su voto vale el doble.
El primer borrador de dicha Ley dando enorme protagonismo a las provincias fue redactado por el Movimiento Nacional, un movimiento fascista, y su aprobación por el gobierno español pre-democrático fue la condición exigida por dicho movimiento para su disolución.
El gobierno de Suárez recogió la propuesta y la hizo suya con el objetivo de discriminar a la clase trabajadora, base electoral del Partido Comunista.
El PSOE se adaptó a esta ley, siendo que al favorecer al bipartidismo le beneficiaba a él también aunque en menor grado que al PP.
El PSOE se adaptó a esta ley, siendo que al favorecer al bipartidismo le beneficiaba a él también aunque en menor grado que al PP.
En Cataluña cuando el presidente Pujol consiguió el Derecho a desarrollar su propia Ley Electoral no la cambió pues también favorecía a las zonas conservadoras sobre las progresistas, siendo una de las causas de su largo mandato.
De ahí que el cambio de la Ley Electoral sea uno de los elementos a los que más se resisten los que se han beneficiado de un sistema con escasa representatividad, considerado "democrático".
Franco dejó bien atado el sistema político español, las consecuencias aún están latentes en la actualidad, ya que no hubo una ruptura sino una adaptación del estado dictatorial al estado actual, sin cambiar el enorme dominio de las fuerzas conservadoras que continúan estando presentes en él.
Las encuentas muestran que la mayoría de catalanes, alrededor del 80%, se consideran soberanistas, es decir que desean ejercer el Derecho a decidir su relación con el Estado español. Existe una confusión entre independentismo y soberanismo, la verdadera intención del pueblo catalán es la aceptación general del Derecho a decidir, que es lo mismo que Derecho a escoger, es decir ejercer en la práctica el libre albedrío. En este contexto, una de las alternativas pero no la única sería optar por la independencia.
La coalición Junts pel sí, liderada por Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), centró su campaña electoral en el tema del independentismo, convirtiendo las elecciones en un plebiscito. Con lo cual pudo ocultar la gestión de la crisis creada por el gobierno de CDC, desviando así el debate electoral hacia el SI o NO a la independencia. La población catalana se dividió entre la mayoría que no quiere la independencia y una elevada minoría que sí la quiere.
El crecimiento del independentismo refleja el gran descontento que existe en Cataluña hacia el gobierno central, dicho descontento es compartido en amplios sectores de las clases populares de todo el país.
No obstante, el tema social ha aparecido muy poco durante la campaña electoral, excepto para atribuir el deterioro al famoso "expolio de Cataluña por parte de España", argumento utilizado por la mayoría de los partidos independentistas. Según el economista Josep Borrell el tamaño real del déficit fiscal es mayor que el que se pueda justificar por meras razones solidarias con el resto de España.
Pero el enorme deterioro y retraso social de Cataluña no puede explicarse por la existencia del déficit fiscal. El retraso y el déficit fiscal (que es la diferencia entre lo que Cataluña gasta en su Estado del Bienestar y lo que debería gastarse por su nivel de desarrollo económico) es muy superior al supuesto expolio fiscal, pese a que para justificarse digan otra cosa los que están actualmente en el poder.
La coalición Junts pel sí, liderada por Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), centró su campaña electoral en el tema del independentismo, convirtiendo las elecciones en un plebiscito. Con lo cual pudo ocultar la gestión de la crisis creada por el gobierno de CDC, desviando así el debate electoral hacia el SI o NO a la independencia. La población catalana se dividió entre la mayoría que no quiere la independencia y una elevada minoría que sí la quiere.
El crecimiento del independentismo refleja el gran descontento que existe en Cataluña hacia el gobierno central, dicho descontento es compartido en amplios sectores de las clases populares de todo el país.
No obstante, el tema social ha aparecido muy poco durante la campaña electoral, excepto para atribuir el deterioro al famoso "expolio de Cataluña por parte de España", argumento utilizado por la mayoría de los partidos independentistas. Según el economista Josep Borrell el tamaño real del déficit fiscal es mayor que el que se pueda justificar por meras razones solidarias con el resto de España.
Pero el enorme deterioro y retraso social de Cataluña no puede explicarse por la existencia del déficit fiscal. El retraso y el déficit fiscal (que es la diferencia entre lo que Cataluña gasta en su Estado del Bienestar y lo que debería gastarse por su nivel de desarrollo económico) es muy superior al supuesto expolio fiscal, pese a que para justificarse digan otra cosa los que están actualmente en el poder.
Una de las razones por las cuales el movimiento independentista no ha alcanzado la mayoría es que ha estado liderado por un partido de derechas, que con habilidad ha utilizado al movimiento para perpetuarse en el poder. Tanto Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) como Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que apoyó los presupuestos de austeridad del gobierno de Convergencia i Unió (CiU), han visto descender su apoyo electoral, solo el grupo de la Candidatura d'Unitat Popular (CUP) que ha tenido una posición crítica al gobierno de CiU ha visto crecer su apoyo. La captación de la dirección del movimiento independentista por parte de CDC y ERC generó un gran silencio hacia el deterioro del bienestar de la población afectando a las clases populares, de ahí fue de dónde surgió el voto no independentista. Las clases populares no apoyaron a dicho movimiento, sus votos fueron para Ciudadanos, que en caso de gobernar llevará la misma política que CDC, pero le votaron por su "españolismo" en contraposición al independentismo catalán.
LA TAN ALUDIDA "UNIDAD DE ESPAÑA"
El movimiento independentista catalán pone sobre el tapete un tema muy controvertido y también una de las principales obsesiones de Franco, la unidad de España, que fue el compromiso con el dictador que asumió en nombre de los Borbones, el Rey Juan Carlos. Franco murió el 22 de noviembre de 1975 y las últimas palabras que le dirigió al monarca según dijo éste, fueron: "Alteza, la única cosa que os pido es que mantengáis la unidad de España".
En relación al pensamiento que trasmitió el caudillo a través de sus discursos, la Profesora de la Universidad Carlos III, Matilde Eiroa San Francisco ha publicado un estudio del cual extraemos lo siguiente: "La idea de unir a los españoles en torno a un solo jefe y a una ideología pasa a dominar el pensamiento franquista y la política del Nuevo Estado hasta la década del 60. Estos intentos unificadores no eran otros que los de unir a la sociedad y someterla a la voluntad de quien había sido el forjador del destino de los españoles, el caudillo Franco".
La monarquía es una herramienta clave del mismo poder económico y político del franquismo.
La Constitución Española de 1978 reconoce en primer lugar los privilegios reales, (art.56 y 64):
"la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad". "el único responsable de sus acciones es el gobierno, al margen del asunto del que se trate, ya sean actos públicos o privados" "De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden".
La impunidad del Rey recogida en al Constitución supone además que no se le investigue, que no se hable de sus actividades irregulares o que presuntamente estén fuera de la ley, que no tenga que sentarse en procesos judiciales ni tan siquiera en calidad de testigo.
La forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria, (art,1.3 de la CE) y lo garantizan las Fuerzas Armadas cuyo mando supremo corresponde al Rey.
A la monarquía en el contexto de la democracia parlamentaria, el Estado de Derecho, se le otorga más independencia que a cualquier otro poder, no está sometida al control judicial puesto que es impune, no está sometida al control político puesto que no se presenta a las elecciones, no tiene que rendir cuentas al Parlamento por sus actuaciones, y tampoco está sujeta al control de la prensa porque no se puede hablar del Rey.
Además la Constitución le otorga al monarca algunas atribuciones que ni siquiera el pueblo las tiene por Derecho, entre otras, puede convocar un referéndum, desautorizar tratados internacionales, convocar o disolver las Cortes si lo considera necesario, conceder indultos, declarar la guerra o hacer la paz.
En estas fiestas navideñas el Rey Felipe VI tuvo que enfrentarse a un discurso difícil a causa de la situación política complicada por la que atraviesa España, en su discurso apeló a la unidad del país, en resumen sus palabras fueron: "hacer un llamamiento al entendimiento por la unidad de España ya que compartimos una historia común".
En términos del derecho a decidir la consulta catalana no puede llevarse a cabo por lo que establece la Constitución en el art. 1.2 dice: "la soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan todos los poderes del Estado" y en el art. 2 se hace mención a : "...la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles...", es decir todas las comunidades autómas, Galicia, el País Vasco, Asturias, Cataluña, las 17 que forman España pertenecen al pueblo español.
Una reflexión:
"Los ganadores nunca abandonan y los que abandonan nunca ganan" Vince Lombardi
LA TAN ALUDIDA "UNIDAD DE ESPAÑA"
El movimiento independentista catalán pone sobre el tapete un tema muy controvertido y también una de las principales obsesiones de Franco, la unidad de España, que fue el compromiso con el dictador que asumió en nombre de los Borbones, el Rey Juan Carlos. Franco murió el 22 de noviembre de 1975 y las últimas palabras que le dirigió al monarca según dijo éste, fueron: "Alteza, la única cosa que os pido es que mantengáis la unidad de España".
En relación al pensamiento que trasmitió el caudillo a través de sus discursos, la Profesora de la Universidad Carlos III, Matilde Eiroa San Francisco ha publicado un estudio del cual extraemos lo siguiente: "La idea de unir a los españoles en torno a un solo jefe y a una ideología pasa a dominar el pensamiento franquista y la política del Nuevo Estado hasta la década del 60. Estos intentos unificadores no eran otros que los de unir a la sociedad y someterla a la voluntad de quien había sido el forjador del destino de los españoles, el caudillo Franco".
La monarquía es una herramienta clave del mismo poder económico y político del franquismo.
La Constitución Española de 1978 reconoce en primer lugar los privilegios reales, (art.56 y 64):
"la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad". "el único responsable de sus acciones es el gobierno, al margen del asunto del que se trate, ya sean actos públicos o privados" "De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden".
La impunidad del Rey recogida en al Constitución supone además que no se le investigue, que no se hable de sus actividades irregulares o que presuntamente estén fuera de la ley, que no tenga que sentarse en procesos judiciales ni tan siquiera en calidad de testigo.
La forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria, (art,1.3 de la CE) y lo garantizan las Fuerzas Armadas cuyo mando supremo corresponde al Rey.
A la monarquía en el contexto de la democracia parlamentaria, el Estado de Derecho, se le otorga más independencia que a cualquier otro poder, no está sometida al control judicial puesto que es impune, no está sometida al control político puesto que no se presenta a las elecciones, no tiene que rendir cuentas al Parlamento por sus actuaciones, y tampoco está sujeta al control de la prensa porque no se puede hablar del Rey.
Además la Constitución le otorga al monarca algunas atribuciones que ni siquiera el pueblo las tiene por Derecho, entre otras, puede convocar un referéndum, desautorizar tratados internacionales, convocar o disolver las Cortes si lo considera necesario, conceder indultos, declarar la guerra o hacer la paz.
En estas fiestas navideñas el Rey Felipe VI tuvo que enfrentarse a un discurso difícil a causa de la situación política complicada por la que atraviesa España, en su discurso apeló a la unidad del país, en resumen sus palabras fueron: "hacer un llamamiento al entendimiento por la unidad de España ya que compartimos una historia común".
En términos del derecho a decidir la consulta catalana no puede llevarse a cabo por lo que establece la Constitución en el art. 1.2 dice: "la soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan todos los poderes del Estado" y en el art. 2 se hace mención a : "...la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles...", es decir todas las comunidades autómas, Galicia, el País Vasco, Asturias, Cataluña, las 17 que forman España pertenecen al pueblo español.
Una reflexión:
"Los ganadores nunca abandonan y los que abandonan nunca ganan" Vince Lombardi
Fuente consultada para escribir esta nota : Vicenç Navarro, Catedrático de Ciencias Políticas, Universidad Pompeu Fabra
No hay comentarios:
Publicar un comentario