Nuestros antepasados sabían que el ser humano al igual que las plantas o las semillas, y demás seres vivos del Universo se encontraban inmersos en un ciclo evolutivo. Es así que desde el comienzo de la civilización, dirigieron su mirada hacia el cielo en busca de respuestas y descubrieron que determinados ciclos celestes se superponían unos a otros, como las estaciones, el día y la noche, los movimientos migratorios de los animales, etc., por tanto usaron estos ciclos celestes como antecedente para decidir, entre otras cosas, las épocas que eran más propicias para cazar, sembrar y recolectar. Por nuestra parte, en la actualidad miramos poco o nada hacia el cielo y tampoco le damos mucha importancia a la Tierra, pese a que nuestro planeta está pasando por cambios a nivel celular en sus estructuras orgánicas. Y como si esto fuera poco, estos cambios también tienen serias consecuencias para muchos de nosotros que se manifiestan como dolores de cabeza o de estómago, zumbidos en los oídos, estados de fatiga, sensaciones eléctricas en los miembros y en la columna, sensibilidad en aumento, intuición, sueños intensos, lo cual indica que nuestro cuerpo al igual que el de Gaia, nuestra madre Tierra se está transformando.
Con el surgimiento de la revolución industrial y del auge tecnológico que ha cobrado gran importancia en estos últimos cincuenta años, la humanidad comenzó a alejarse de la naturaleza y de la tierra restándole atención a su parte espiritual. Las religiones adquirieron una naturaleza dogmática, con reglas y leyes que debían ser obedecidas con el fin de alcanzar el cielo como recompensa o en caso contrario el infierno como castigo. La revolución industrial fue progresando así como la sociedad en su conjunto hasta adquirir los altos niveles de conocimientos técnicos que se poseen hoy en día. Sin embargo se pagó un precio muy alto porque se ha descuidado el contacto con el espíritu, con la naturaleza y con el planeta, llegándose a pensar con arrogancia que la raza humana puede superar a Dios.
Es cierto que hemos pisado la Luna y bajado a las profundidades marinas, hemos construido grandiosas ciudades llenas de rascacielos y ahora tenemos Internet, pero no obstante, perdimos lo más importante: la conexión con el alma humana. En estos momentos nos enfrentamos a un gran cambio evolutivo para el cual debemos prepararnos y auto analizarnos a fin de retomar nuestra conexión a nivel del alma con la madre Tierra.
Los cambios por los que atraviesa el planeta
La intensidad del campo magnético de la Tierra está disminuyendo a gran velocidad, el campo magnético es el resultado de todas las rotaciones superpuestas de la Tierra dentro del Universo, esto también incluye la rotación aislada del planeta alrededor de su eje físico. Cuando el eje magnético invierta sus polos esto también tendrá un profundo impacto en los polos físicos ya que están estrechamente relacionados entre sí como rotaciones superpuestas. El cambio de los polos norte y sur seguirá la migración actual de los polos magnéticos. En los últimos años el polo norte magnético se ha estado moviendo de manera constante en dirección a Siberia ,Rusia y el polo norte físico seguirá un camino similar. El Polo Sur se prevee que se desplazará hacia la parte sur de América del Sur y África. Según las previsiones el debilitamiento del campo magnético de la Tierra continuará hasta que alcance el punto cero, en cuyo momento la inversión magnética será completa. Como resultado de un campo magnético débil, habrá una mayor cantidad de radiación a través de partículas cargadas, tales como las llamaradas solares, rayos gamma, y los rayos cósmicos galácticos podrán alcanzar con mayor facilidad la atmósfera terrestre teniendo una reacción fuerte en las capas del núcleo de la Tierra.
Según investigaciones científicas se llegó a la conclusión de que la disminución en el volumen del ozono total de nuestra atmósfera es causado por la polución industrial de diseño humano y que el volumen de ozono total tiene efectos serios en general en los procesos de distribución de energía dentro de la envoltura del gas-plasma de la tierra. Son contínuos los informes sobre la disminución de la concentración de ozono en la estratósfera regional (25 a 49% o más) sobre Siberia. Asimismo, dicho estudio apoya la teoría de que es altamente probable un enfriamiento de los continentes europeos y norteamericanos.
Por otro lado, el recalentamiento global provoca que se derritan los polos. Comparado con el resto del mundo, el Artico se ha estado calentando casi el doble. El glaciar más activo en Groenlandia vertía al océano a una velocidad de 7 km por año en 2002, ahora, esto se ha incrementado a 15 km por año, lo que significa dos veces la cantidad de hielo que se libera al océano como icebergs que contribuyen a la subida del nivel del mar. El derretimiento del Artico podría impactar no sólo en la población que vive en la región sino también en otras partes de Europa y más allá.
El Tsunami de hielo ocurrido el 13.05.2013 en las provincias del Canadá dejando decenas de casas cubiertas por hielo, es un ejemplo de lo que ocurre al pasar de temperaturas bajo cero, que permiten la congelación del agua, a temperaturas por encima de 25º que provocan el deshielo. El fuerte viento que arrastró esos fragmentos helados produjo este curioso fenómeno metereológico.
Los que sobrevivan a las consecuencias de un planeta que detenga su rotación, que cambie de polos o que dé un vuelco sobre su eje, se encontrarán con otra realidad, por eso este es el momento de cambiar ciertas cosas mientras podamos, tales como nuestra actitud hacia el medio ambiente, hacia uno mismo y hacia el planeta en general, como dice un viejo refrán: "no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy".
Los cambios en el ser humano
Nuestro cerebro está íntimamente conectado con las ondas del planeta , a la rejilla de las líneas Hartman de la Tierra; esta conexión se realiza a través del Hipotálamo, región del cerebro con forma de pirámide, actúa como un transformador o un filtro que regula todas nuestras necesidades de supervivencia, cambiando las funciones cerebrales según nuestras necesidades y siempre está orientado a la subsistencia. Es el responsable de filtrar la energía para que podamos vivir en el planeta. Por otra parte la glándula Pineal es la encargada de que alcancemos una vibración más rápida en nuestros sentidos, que podamos percibir el ultrasonido y ver el ultravioleta. Hoy día muchas personas están oyendo un pitido o una vibración interna que puede ser debido a que la glándula pineal se está activando a consecuencia de que todos los electrones del planeta están acelerándose, o sea su campo electromagnético. Al acelerarse los electrones se ralentiza la gravedad del campo gravitacional, lo que nos ayuda a elevar nuestros sentidos ya que sentimos más liviana la carga material física. Hay personas que además sufren cambios físicos a nivel del ADN, según la Dra Berrenda Fox practicante del Centro Avalon en California dice que se estarían formando nuevas hélices en el ADN, si bien hasta ahora se tenía doble hélice bien podríamos estar desarrollando 12 hélices. Todo indica que estamos desarrollando los sentidos y que se expande nuestra conciencia ya que si vamos a cambiar de dimensión, como sostiene una hipótesis en tal sentido, primero hemos de cambiar nuestra forma de percibir la realidad y de ver las cosas. De acuerdo con esta teoría nos encontramos pasando a una realidad más energética, que se parece más al mundo de los sueños y de la imaginación. Los seres humanos formamos parte de un ser vivo de mayor escala que es la Tierra, por tanto si los cambios energéticos dentro de nuestros cuerpos físicos, en los chakras, en el ADN indican que nos estamos transformando para pasar a otra dimensión este proceso deberá estar acompañado por cambios similares por parte del planeta y viceversa. En resumen conviene esperar con calma un tiempo hasta que se pueda cargar el nuevo y sofisticado softward, o como también se suele decir, la nueva energía de la semilla Crística.
Ya lo dijo Lao Tse: "En el centro de tu ser tienes la respuesta, tú sabes lo que quieres, tú sabes quien eres".