La Tierra al igual que todas las especies y demás seres vivos que la habitan, ya sea consciente o inconscientemente forman parte de un proceso de transformación celular cuya principal causa son las nuevas energías que proceden de la galaxia. Todos los habitantes del planeta se encuentran receptivos a los cambios que tienen lugar en distintos niveles del cuerpo, éstos pueden ser físicos, mentales, de conciencia o emocionales, en tanto la Tierra también está viviendo y asimilando su propia metamorfosis. Es muy importante que durante este proceso de cambio que se vive a nivel general, la humanidad no se divida o se desintegre, sino que la mayoría decida unirse a la frecuencia del amor incondicional.
EL COSMOS SE ESTA TRANSFORMANDO
De acuerdo con las evidencias heredadas de todas las grandes culturas, nuestro planeta forma parte del Sistema Solar y pertenece a la constelación sistema estelar de las Pléyades. Las Pléyades están formadas por la estrella Alcyon y seis estrellas más. Así como nuestro planeta gira alrededor del Sol, todo nuestro sistema solar gira alrededor de Alcyon junto con otros sistemas solares y tarda, nuestro sistema solar 25.625 años en dar una vuelta completa así como nuestro planeta tarda 365 días en dar un giro completo alrededor del sol.
Teniendo en cuenta las previsiones de la Astrología la Tierra inició su entrada en la era de Acuario el 27.07.1999. Acuario es una casa de luz y prosperidad para nuestro planeta pues recibirá durante 2000 años la luz de la estrella Alcyon que impregnará al ser humano de energías especiales permitiendole crecer material y espiritualmente.
Por otra parte, las últimas observaciones que provienen del espacio indican que el Sistema Solar en su conjunto está sufriendo modificaciones. Las Voyager 1 y 2 que fueron lanzadas en 1977 son en la actualidad las sondas que más se han alejado del planeta. Han llegado a los límites de nuestro Sistema Solar y su objetivo es estudiar como interactúa el Sol con el resto de la galaxia.
Basándose en los datos de las "Voyager" Alexey Dmitriev, geofísico de la Academia Rusa de Ciencias, declaró que cree que los cambios en el Sistema Solar se deben a que estamos atravesando una zona del espacio interestelar que contiene una gran cantidad de partículas altamente energéticas.
Respecto a nuestro planeta dicho científico manifestó que las alteraciones geológicas, geofísicas y climáticas que actualmente está viviendo tienen su origen en la "donación" de energía que nos llega de la galaxia, pero que la habilidad de la Tierra para adaptase, se altera y disminuye debido a los cambios en la naturaleza provocados por el ser humano. Las conclusiones de Dmitriev y de otros científicos es que la humanidad se enfrenta a un problema de adaptación al nuevo estado de la Tierra, pero no sólo porque esta nube energética está alterando el clima, sino porque también lo hará sobre los seres vivos y sus procesos vitales y en definitiva sobre todo el planeta.
La estructura eléctrica de la Tierra está cambiando, la resonancia de Schuman también conocida como el latido del corazón de la Tierra está en aumento, y por otra parte, la fuerza del campo magnético terrestre ha disminuido un 10% en los últimos 160 años, según afirmó Jeremy Bloxhan profesor de la Universidad de Harvard. Esta disminución de la fuerza magnética evoca la posibilidad de que el campo magnético pueda llegar a desaparecer y a convertirse, arrastrando consigo a los polos del planeta por primera vez desde hace 780.000 años. Pero no sólo nuestro planeta está sufriendo cambios, según han observado los rusos los campos magnéticos de Júpiter, Urano y de Neptuno también están cambiando y los tres planetas están más brillantes. Ellos reportan que cuando el Voyager II pasó volando por Urano y Neptuno los polos magnéticos del aparente norte y sur de ambos planetas estaban notablemente desviados del polo tradicional según los registros. En uno de los polos había 50% de desviación y en el otro la diferencia era del 40%.
NOS ENFRENTAMOS A UN GRAN CAMBIO
En el pasado, las antiguas civilizaciones no quisieron aceptar los cambios, libraron guerras y lucharon entre ellas por los recursos que encontraban disponibles. En esa violenta competencia por lo que quedaba mientras el mundo estaba cambiando, nadie ganó, por el contrario todos perdieron. Las civilizaciones se colapsaron, un ejemplo entre otros muchos, fué la 200 Dinastía en Egipto que desapareció y no se supo de ella hasta miles de años más tarde.
No podemos cometer los mismos errores del pasado, debemos trabajar juntos para salvarnos en este momento de cambio, hay que estar preparados, comenzando por conocernos en profundidad a nosotros mismos, nuestro cuerpo biológico, mental y espiritual, controlando y potenciando aquello que nos permita estar en armonía y en consonancia con la madre Tierra.
Las frecuencias altas nos brindan la oportunidad de limpiar nuestro cuerpo emocional y también de cambiar nuestra alimentación por una dieta más sana si el cuerpo así lo exige o realizar ejercicio físico. Estamos pasando por un proceso lento de recodificación del ADN por tanto, cuanto más rápido se eliminen los bloqueos emocionales y las toxinas del cuerpo emocional y físico, más rápido podremos incorporar las altas frecuencias a nuestra realidad.
Si decidimos sintonizar con las altas vibraciones debemos evitar siempre que podamos todo aquello que hagan bajar las mismas, es decir no debemos enredarnos en sentimientos negativos como el odio, el enojo, la preocupación, el resentimiento, el miedo, la envidia y los celos. Estos sentimientos son energías humanas normales pero necesitamos aprender a movernos a través de ellas y bajo ningún concepto apegarnos a ellas. Por tanto, hay que centrarse cada vez más en el momento presente, el futuro siempre es indeterminado, lo único que nos ha sido revelado es el Ahora.
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Las ondas de alta frecuencia que llegan desde el sol central de nuestra galaxia sólo pueden entrar al cuerpo físico a través del chakra del corazón. Los chakras podría decirse que son vórtices de energía localizados en el cuerpo que están asociados a funciones tanto biológicas como mentales o emocionales, que nos permiten interactuar con la energía del entorno y la energía emocional, tanto si procede de los otros como si es la nuestra.
Corresponde decir que la existencia de los chakras o centros de energía que fueron expresados en un principio en libros muy antiguos y después retomados por los vedas, fueron confirmados en un reciente trabajo de investigación por la Dra Esther Del Río, bioquímica mexicana, que los describe así: "Esa red compuesta de microcampos magnéticos ha sido vista a través de aparatos de rayos X modificados con electroimanes pudiendose observar el cuerpo lleno de luces fluorescentes e intermitentes con densidades de magnetitas abundantes en donde se encuentran las glándulas más importantes del cuerpo coincidentes con los sitios en donde se han mencionado la existencia de chakras. En conclusión cada chakra está conformado por miles de magnetitas ferroso-férricas formando verdaderas esferas. Y es importante mencionar que estas esferas se encuentran en los lugares dónde están las glándulas más importantes del cuerpo así como también son coincidentes con lo expresado en libros antiguos. Tales centros de energía son 7 y se localizan en los órganos sexuales, en las suprarrenales, entre el hígado y el páncreas, en el timo, en la tiroides, en la pineal y en la hipófisis. De ahí podemos deducir que este orden magnético protege al orden bioquímico a través de los cristales líquidos de los chakras y de las glándulas".
En la mayoría de las personas sólo los 3 chakras que están localizados en la parte inferior del cuerpo están activos. El primer chakra (centro instintivo) está asociado con la glándula suprarrenal dónde se encuentra la producción de adrenalina/noradrenalina. Este chakra es responsable de la activación de los instintos de conservación y patrones de supervivencia del ser humano. El segundo chakra (centro sexual y órganos sexuales) y el tercer chakra (centro del poder) asociado con el hígado, el páncreas, el estómago, son los responsables de la expresión de la fuerzas vivas del ser humano en la realidad tridimensional y material de nuestro planeta. Estos chakras están bien desarrollados en la mayoría de la población actual. El quinto chakra intelectual (glándula tiroides), el sexto chakra espiritual (hipófisis, glándula pituitaria) y el séptimo chakra extático (epífisis, glándula pineal) estos 3 chakras se encuentran cerrados en la mayoría de los seres humanos desde su nacimiento (con excepción de los niños nacidos después del año 2000). La razón de este mal funcionamiento energético común es la necesidad de que el ser humano se concentre en la vida tridimensional en la Tierra y viva en la ilusión de que es un ente separado, desarrolle su identidad de forma individual o sea el ego y la personalidad y pierda el sentido grupal. Parece ser que estas creencias que sostiene la 3D, en la que nos hallamos, han sido necesarias hasta ahora para la evolución de la humanidad.
Cuando el cuarto chakra (del corazón) está totalmente abierto, abarca los tres chakras localizados en la parte inferior del cuerpo y los pone en alineación con los tres chakras localizados en la parte superior y que transmiten energías intelectuales (quinto chakra), inspirativas (sexto chakra) y de éxtasis (séptimo chakra).
El bloqueo de un chakra en particular también puede ocasionar un estancamiento de la energía en los chakras que estén a cada uno de sus lados. Si el chakra cardíaco (cuarto chakra) está herido, eventualmente la energía se estancará también en el plexo solar (tercer chakra), con implicaciones para el auto-estima, provocando un comportamiento egocéntrico. El chakra de la garganta (quinto chakra) también puede verse afectado, de forma que la persona deja de hablar de sus sentimientos. Si el chakra sexual se daña, puede ocasionar efectos sobre el chakra raíz (primer chakra) y sobre el plexo solar. La energía fluye de los chakras inferiores hacia el centro cardíaco y desde este chakra hacia los otros tres de arriba, siempre que se establezca un intercambio de energía amorosa, pero si se interrumpe el flujo ascendente, la persona se torna cada vez más aislada y egocéntrica y puede beber, drogarse o comer mucho para detener el dolor que le produce la interrupción energética. Una herida en el corazón puede ser una de las formas que puede dar comienzo a una adicción.
Si nos observamos tanto a nosotros mismos así como a las personas que nos rodean detectamos que la mayoría tenemos plenamente activos los chacras y glándulas que se corresponden con la supervivencia y sostenimiento de la vida material localizados en la parte baja del cuerpo que son aquellos que nos ayudan a sobrevivir y a superar las dificultades. Sin embargo el chakra del corazón influye en la glándula Timo y se refiere a otro tipo de interacción con el entorno, en el de igualdad en el dar y recibir. Los conocimientos ancestrales dicen que este chakra está aún sin activar por eso tampoco pueden funcionar plenamente los chakras quinto, sexto y séptimo, al igual que las glándulas Tiroides, Pituitaria y Pineal. Hay que conocer el amor pero no el amor entendido como seguridad, gratificación personal, pertenencias personales, sin pensar o sentir suficiente a la otra persona. Se tiene que ver en donde coincidimos con el otro para saber como unirnos por amor. Es necesario hacer un cambio de conciencia que nos lleve a apreciar y a sentir verdaderamente a los demás para ello se debe aprender a vivir desde el corazón, escuchar al corazón y luego actuar conforme a lo que nos dictan los sentimientos y no la mente.
En resumen, si respondemos a los retos de la vida a través de la compasión, el entendimiento, la tolerancia y la paz, podemos experimentar estas condiciones en nuestros cuerpos y ver el efecto extendido al mundo que nos rodea. El amor compasivo e incondicional hará que disfrutemos más de la vida, de nuestras relaciones humanas y de toda la naturaleza.
Un alto grado de amor en el corazón humano reaccionará en el campo de fuerza que rodea el cuerpo físico, creando una envoltura de protección que se fundirá con las nuevas vibraciones que ya desde hoy y hasta entonces estarán presentes en nuestro planeta y que tendrán su máxima expresión con la era de Acuario.