TODO SE MUEVE EN EL UNIVERSO, TODO VIBRA
La etimología de la palabra vibración proviene del griego “energas” que significa activo es decir que produce movimiento. La palabra “aura” por su parte,
procede de otra palabra griega, “aer” que quiere decir brisa. Si asociamos
mentalmente ambas palabras, tendremos una
imagen mental del aspecto del
aura. Se le llama aura a un
conjunto de fuerzas electromagnéticas de
densidades variables que salen de los cuerpos físicos, vitales, etéreos, emocionales, mentales y
espirituales. Estas partículas de energía
permanecen en suspensión alrededor
de nuestro cuerpo en forma de cubierta oval, extendiéndose por encima de
la cabeza y más allá de los pies, hundiéndose en el suelo. La
vibración del cuerpo puede ser captada, Semyon D. Kirlian un ingeniero de origen ruso, logró
hacerla visible al ojo humano mediante una técnica para fotografiar objetos en
presencia de un campo de alta frecuencia, alto voltaje y bajo amperaje. Dichas
placas muestran emanaciones multicolores
brillantes que son el “aura” o “cuerpo biomagnético”.
Actualmente, la cámara Kirlian es un valioso auxiliar de la medicina
tradicional, ya que ayuda en el diagnóstico para tratar
diversos trastornos físicos y energéticos. Esto se debe a que las imágenes
obtenidas por dicha cámara muestran el estado físico, energético, psíquico y
espiritual de la persona.
Cuando una persona está sana, su aura y su cuerpo electromagnético también lo están,
no dejando entrar así las bajas vibraciones.
El 95% de los delincuentes violentos son
seres con desarreglos psicológicos
causados por defectos en el aura
humana o campo electromagnético, las
bajas vibraciones o los bajos astrales han
entrado en esa zona y desde allí le controlan y manipulan su voluntad sin
que éste se dé cuenta.
El cuerpo astral está conectado con el físico mediante el cordón de plata, esta conexión es similar a la del cordón umbilical que une a la madre con el hijo. Este cordón infinitamente extensible y sin límites, permite al ser humano viajar por el astral. Por ejemplo, cuando estamos durmiendo el cuerpo astral flota al extremo del cordón de plata como lo hace una cometa remontada en el cielo. Antes de despertar, el cuerpo físico hace el famoso tirón hacia abajo del cuerpo astral, que quizás alguna vez lo hayamos vivido como en una especie de aterrizaje forzoso, abrimos los ojos y la consciencia se despierta.
Por otra parte, cuando morimos el cordón de plata se deshace naturalmente, nuestro cuerpo astral estalla y se
divide, por un lado va la conciencia o alma que trasciende a otros planos, por otro lado
quedan las sub personalidades que todos tenemos, los deseos, pasiones,
esperanzas, etc. La mayoría de estos
desaparecen y se convierten en polvo astral, pero algunos, los que son
más fuertes, se cristalizan bajo una conciencia escasa con el objetivo de
alimentarse. Se quedan flotando por el
astral y puede que encuentren algún ser humano al que adherirse para seguir
disfrutando de las actividades
inherentes a la vida física.
Debemos tener en cuenta que los pensamientos negativos bajan las
vibraciones de nuestra energía y los
positivos la elevan. La energía que irradiamos, es decir nuestra frecuencia vibratoria, o lo
que es igual los pensamientos negativos o positivos, pueden alternativamente estar contribuyendo a que exista armonía o no en
nuestro entorno. Hay diversas emociones que causan el descenso
de las frecuencias vibratorias de la energía: la rabia, el miedo, el
resentimiento, el escepticismo, el rol de víctima, etc. El Universo al igual que nuestro cuerpo está formado
de energía, la hay densa como la material y menos densa como
la astral o espiritual. Todo en el universo es energía en diferentes estados, vibrando a una frecuencia determinada, aquello que vibra o resuena a poca frecuencia es más sólido, y aquello que vibra muy rápido, con una frecuencia muy alta, es más "etéreo". Así como nuestro cuerpo físico es energía con ciertas características que ha tomado una forma propia, nuestros pensamientos y sentimientos libran una determinada frecuencia de energía con la que se manifiestan en el mundo exterior. Cada pensamiento tiene su propio flujo de energía, y aunque no podemos verlo ni medirlo físicamente con un aparato, éste se disipa por el aire, y puede llegar hasta donde su potencia se lo permite. A mayor frecuencia vibratoria mayor será su alcance. Aquello que emitimos, somos, o pensamos, acaba siendo un gran imán para todas aquellas energías que resuenan con la misma frecuencia. Los encargados de llevar y proyectar al exterior estas energías son el cuerpo mental y el cuerpo emocional. El cuerpo emocional llamado también cuerpo astral, es el portador de nuestros sentimientos, de nuestras emociones y de las cualidades de nuestro carácter, ocupando el mismo espacio que nuestro cuerpo físico. En él se hallan almacenadas todas las emociones, sobre todo las no liberadas, las angustias y las agresiones conscientes y no conscientes, las sensaciones de soledad, rechazo y falta de autoconfianza. Así como también las emociones positivas de amor, alegría, felicidad, paz y tranquilidad, que son emitidas a través del aura en forma de ondas imán hacia el mundo exterior dejando entreveer de manera inconsciente cómo nos sentimos.
Los pensamientos e ideas, y los conocimientos racionales e intuitivos, tanto los generados a nivel consciente como subconsciente, se encuentran en el cuerpo mental. Su vibración es mayor que la del cuerpo etéreo y la del cuerpo emocional, y su estructura es menos compacta. En este cuerpo mental encontramos también los pensamientos positivos sobre nosotros mismos y nuestra percepción de la realidad, así como todas las creencias limitadoras y pensamientos negativos que generamos.
Si en el entorno habitual no logramos que nuestros pensamientos o emociones tengan resonancia es porque debemos buscar otros sitios y otras personas que tengan nuestro mismo nivel de frecuencia.
SE EL CAMBIO QUE QUIERES VER EN EL MUNDO POR PEQUEÑO QUE SEA
Por último, si el mundo que nos rodea no es más que la suma de millones de ondas electromagnéticas y de energía en movimiento; si lo que vemos y aceptamos como tal no son más que las proyecciones energéticas del inconsciente colectivo, al cual todos estamos vinculados, el ser humano no es sólo capaz de crear su propia realidad sino también lo más importante es que puede cambiar la realidad de todo el mundo si se lo propone.
El inconsciente colectivo es un conjunto de experiencias compartidas por los individuos de nuestra especie, es la herencia psíquica con la que todos nacemos, dicho término fué acuñado por la psicología analítica de Jung. El hecho de que la hierba sea verde, la nieve blanca y fría, el fuego queme o el agua sea transparente es porque todos estamos de acuerdo en que eso es así, y así lo percibimos, estamos programados desde tiempos inmemorables para aceptar que para todo el mundo esas cosas tienen el mismo significado, y gracias a ello, podemos interactuar y vivir juntos en algo que aparentemente es tangible y real para todos por igual, pero que en realidad, no son más que proyecciones holográficas aceptadas por todos.
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